5 de marzo de 2014

pasante.


La semana pasada fue la ceremonia para entrega de carta de pasante en la facultad donde estudiaba. Realmente yo no debía haber estado ahí porque yo terminé en Julio y debí participar en la ceremonia de Agosto pero por esto y por aquello no me inscribí. Durante todo el periodo de Agosto hasta ahora también he aplazado (malamente) el tramitar mi título por enfocar todo mi tiempo y dinero a In Cervesio Felicitas, eso que empezó como un hobby hace 3 años y que hoy se ha vuelto mi estilo de vida. 

Pero no todos pensaban igual, mi mamá si estaba interesada en verme en toga y birrete recibiendo un papel en una ceremonia oficial de la universidad así que tuve que hacer lo que cualquier hijo prudente haría... mentir... y según algunas mujeres se mentir muy bien. 

Cuando fui a preguntar sobre los requisitos para dicha ceremonia me decían que no podía entrar porque yo había terminado en Julio, pero de la manga (y gracias a mi roommate y sus comentarios ingeniosos) salió una justificación para decirles que no, que en realidad el kardex se había llenado en el semestre Agosto-Diciembre porque el certificado de prácticas profesionales aun no me lo daban (lo cual, para fines prácticos, no aplicaba para entrar en la ceremonia) pero en mi experiencia, si no puedes convencerlo... confúndelo, así que terminó inscribiéndome o porque le cansé o porque lo confundí o porque lo convencí. 

Por supuesto que al llegar el día yo estaba neceando porque podía y debía estar atendiendo otros asuntos de mayor relevancia para mi que tenían que ver con In Cervesio Felicitas. 

Terminó, todos para sus casas y los días pasaron. Mi mamá ya aprendió a subir las fotos que toma en su celular a su Facebook así que empezó a subir las de la ceremonia, muy contenta y con mucho orgullo y todas sus amigas felicitándola a ella porque su hijo había terminado la carrera. Yo, como el troll son que quería ser iba a ponerle que no exagerara, que la ceremonia fue de chocolate porque en realidad terminé en Julio... pero la verdad es que la vi muy entusiasmada y preferí que ella fuera feliz a yo tener la razón. 

A veces hay que mentir por un bien mayor. 

Nos estamos leyendo. 
Eslem Torres