16 de enero de 2012

Somos una cultura de parches

Ayer domingo venía cantando camino a mi casa después de dejar a mi novia en su casa, por supuesto a todo pulmón con canciones de Antonio Aguilar (gracias AW 101.3) demostrando mi buen gusto musical cuando súbitamente me topo un tráfico de la chingada en Fidel Velázquez despuesito de Barragán rumbo a Bernardo Reyes, no es exagerar si digo que estaba completamente parado como estacionamiento, típico en Monterrey pensaran ustedes amigos y en otra ocasión tendrías razón ¿pero un domingo a las 10:30pm? Podría haber un choque o también (el MonEsVol no lo quisiera) un tiroteo o algo por el estilo que fuera motivo de parar el tráfico en la avenida, pero no, fue algo que a mi parecer es mas preocupante, unos niños arrojando piedras de un lado de la calle a la otra.

De entrada es estúpido que unos niños de al parecer 10-12 años pretendan tener la fuerza para arrojar una piedra de tamaño considerable desde un lado de la calle a otra (digamos 6 carriles + camellón) y segundo ¿DONDE PUTAS ESTAN LOS PADRES? Yo a esa edad ya estaba encerrado en mi casa dormido para las 10pm porque el Lunes había que ir a la escuela y si no me encontraba en mi casa de todos modos estaba dormido; verán gente yo era un niño de esos que como reloj suizo a las 9pm empezaba a chingar a sus padres que lo llevaran a dormir y para las 9:30pm se dormía donde estuviera.

Imagínense el escenario, vez carros parados y no vez ningún choque evidente, pero miras destellos de gente corriendo de un lado a otro por la calle y arrojando algo (lo cual cuando avanzas te percatas son piedras), no puedes ir para los lados porque no hay calles para donde salir, ni para atrás porque ya tienes a alguien mas que se pregunta lo mismo que tu y hacia adelante menos porque un pinche huerco pendejo le da en la madre a tu vidrio ¿se acuerdan de los nacobloqueos tan famosos hace un tiempo?

Tengo entendido que no es la primera vez que pasa esto en esa zona, típicas rencillas de “chicos banda” de una colonia contra otra, común que los tlacuaches contra lo mandriles o sepa madres como se hagan llamar esos pendejos pero al punto que quiero llegar es el siguiente:  

Escenario #1: imagínate que (el MonEsVol no lo quiera) un automovilista se lleva a un cabrón de esos porque se atraviesa, teniendo en cuenta que, de entrada, son unos huercos jugando y segundo, hay un puto puente peatonal a menos de 15 metros (lo cual se anula si tienes en cuenta que la idea es agarrare a piedrazos), regresando al punto, te lo llevas de encuentro y sus padres van a salir con la jalada que era un niño con un gran futuro y sueños y bla bla bla y le arruinaste la vida y te lo van a cobrar como alto ejecutivo, guapo y europeo.
 
Escenario #2: Pasas y una piedra cae en tu coche abollándolo ¿Quién va a pagar los daños? Los seguros muchas veces se deslindan porque “no cubren vandalismo” y seguramente los padres de esos niños se van a reír de ti (claro, si es que llegas a encontrarlos) y ponle te bajas para agarrar a coscorrones al pendejo y ahora las piedras te las arrojan a ti… valiendo madres.  

Escenario #3: Dejas a los tlacuaches jugar con sus piedras mientras sigues cantando rolas ahora de Vicente Fernández y echando un cigarrito mientras te quedas pensando que mañana tú te vas de mi.  

Escenario #4: Al final todo fue un sueño y en realidad estabas muerto, como en Lost.

A veces me agarro a pensar ¿Cómo puedo ayudar en algo en la comunidad regiomontana? Sobre todo en los barrios bajos pero me topo con este tipo de situaciones y pienso “a la mierda, me largo de aquí”, son de esas veces que hacen que te vuelvas apático de la situación social local porque vez que lo poco o mucho que puedas hacer no va a servir de nada sin algo muy importante que es la cultura. Hace días en una platica de catadores (típicas donde encuentra la solución a todos los problemas del mundo pero acabas tan intoxicado que no recuerdas como debía hacerse) tomamos el tema sobre si las drogas y todos coincidimos en algo, legalizarlas o no, buenas o malas y demás dilemas del tema eran inverosímiles pues lo que mas se necesita en este país es la cultura.

Imaginemos a México como una llanta, la gente quiere una llanta nueva pero en el proceso de tener que hacer el ahorro para una llanta nueva se desespera y prefiere ponerle un parche y cuando requiere nuevamente un cambio prefiere de nuevo el parche, por practicidad. En otras palabras no soluciona el problema de raíz, sino que lo guarda en un cajón esperando que llegue otro y se enfrente al mismo dilema y ya no es problema tuyo, pero si alguien se anima a cambiar la llanta sale la gente que no aguanta el proceso y quiere de nuevo un parche.

Se supone que la cultura viene de casa, se me hace tan estúpido ver a las señoras de las colonias populares quejándose de los altos índices de delincuentes que hay en su zona habitacional, siendo que ellas son las madres que generaron a esos delincuentes, yo por eso ya mejor evito los sueños guajiros que me dan por tener el complejo de querer ayudar a todo el mundo y concentrarme en los que si puedo ayudar y si quieren ser apoyados.

Al final este accidente no duro mucho tiempo (unos 20 minutos) pero me da un pinche coraje de aquellos ver que cualquier pendejo ya no con un arma, sino con una puta piedra, pueda parar el tráfico a su antojo y si les llega a pasar algo el culpable eres tu por no respetar al peatón (WTF!).

Pero eso sí, si un niño de esos sale herido y lo llevan al seguro y no hay medicamentos ni atención de hospital privado hacen su pancho en la televisión con el arquinepto Benavides.

Nos estamos leyendo
Eslem Torres Eriksson

No hay comentarios:

Publicar un comentario