10 de septiembre de 2012

De Cigarrillos, acordeones y otros monstruos


Nunca me he dado el gusto de hacer una estupidez, en serio. He hecho varias cosas ridículas, jocosas, irreverentes, peligrosas y hasta tal vez ilegales, pero I’m pretty damn sure no he hecho algo que pueda entrar en los cánones de la estupidez, o cuando menos algo de lo que yo me arrepiente.

Esta última semana ha sido un torbellino de emociones, noticias, cambios de planes y redefiniciones que me han traído algo vuelto loco, sumando a lo que ya traía en mente que me tenía, valga la rebusnancia, vuelto loco. Hace mucho escribía en una historia corta que para mí no hay peor miedo que el de empezar de nuevo, el de empezar en borrón y cuenta nueva, sobre todo cuando no lo tenias contemplado y no tienes un plan para ello, o simplemente por ser un cambio tan brusco.

Llevo toda la semana tirándome en el piso, poniendo el mismo disco una y otra vez, fumando Lucky Strike uno tras otro mirando al techo, pensando en lo que bien o no podría dejarse venir y cómo reaccionar ante ello. Esto era una práctica muy seguida en el pasado, algo que surgía de vez en cuando en ataques de algo que jamás he sabido reconocer, siendo cada vez menos espontáneos con el paso del tiempo, pero algo está pasando en estos días que es lo único que quiero hacer, dejando todo lo demás a un segundo plano.

Vuelvo a encerrarme en mi burbuja sin dejar entra a nadie y repitiendo al exterior todo está bien, todo está bien, todo está bien. Al fin de cuenta esto es lo que quería, lo que venía esperando desde hace ya 4 años, culminando en un día por sorpresa… aun así y lo que en verdad me preocupa, es que lo único que sienta es indiferencia, eso es lo que me lleva a tirarme al piso, poner el mismo disco una y otra vez, fumar Lucky Strike uno tras otro mirando al techo y pensando lo que bien podría o no pasar próximamente.

¿Ahora que sigue? Me pregunto todos los días. Todo está bien algo dentro de mi contesta.