29 de junio de 2012

La palabra de hoy es: INCOMODO


Soy un hombre, estudiante de ingeniería y heterosexual, lo cual quiere decir que la mujer ocupa un importante lugar en mi cabeza. Siempre estoy viboreando mujeres y hasta tengo mi propia reacción cliché cuando estoy sabroseandome una en especial (inclino ligeramente la cabeza hacia la izquierda, hago una pequeña sonrisa y hago jum como un gesto sonoro). Mi condición de hombre no me permite ser de otra manera y no se diga si la mujer en cuestión tiene el tipo de forma que me gusta a mí y/o tiene buena pierna y está usando vestido. La razón por la cual me encanta el verano.

Sin embargo, a pesar de todo esto, nunca he sido el típico hombre que habla con sus amigos de otras mujeres y están casi violándola con comentarios, la mayoría de las veces, bastante fuera de lugar. Será que nunca lo vi en mis círculos y jamás se me hizo de lo más normal. Por eso mismo es que cuando pasa a mí alrededor me siento bastante incomodo.

Ejemplo ayer estando en el trabajo platicábamos un técnico y yo sobre la empresa, cuando de la nada sale una licenciada que, debo admitirlo, no está mal para su edad. Si, lo admito, aplique mi cara de espere un momento, me estoy sabroseando a la licenciada pero no dije nada y lo que vino a hacer el momento incomodo fue cuando me dice el electricista:

“Uta ingeniero, la licenciada esta bien buenota, nombre tiene unas pompas bien masticables.”

Cuando empieza la situación de esa manera ya no se que chingados decir y mejor nada mas tiro a león y por más que intentaba recuperar el tema original el técnico ya se había quedado embobado con las pompas de la licenciada.

Se me hace chistoso porque ahora más que nunca me doy cuenta que si, yo soy el frijol negro entre los bayos, jamás he podido ni siquiera mimetizar con ese comportamiento. Me hace sentir incomodo. Curioso al fin de cuentas.

Nos estamos leyendo
Eslem Torres

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