18 de octubre de 2013

Muros de tabla roca

Hay un par de películas que aunque sé que son malas son gustos culposos, entre ellas está Talladega Nights: The Ballad of Ricky Bobby, alguno de mis chistes básicos están inspirados en esta película, como la caminata francesa que no tiene absolutamente nada de homosexual.

If you’re not first, you’re last fueron las palabras que hicieron que Ricky Bobby se volviera el piloto de NASCAR mas afamado de todos los tiempos, una frase que su padre borracho le dice en algún momento de su infancia y que tomo como lema personal. Después el padre le dice que no mame, que esa pinche frase la dijo drogado y que no tiene ningún sentido, el mundo de Ricky se desplomó.

Hay historias con las que vas creciendo durante tu vida que se van volviendo el motor o la inspiración para tus decisiones, momentos claves que se te quedan grabados y se vuelven cimiento para la persona que terminarás siendo después. En mi caso suelen ser historias de mis familiares lo que solían hacerme ruido sobre que quería y como quería ser, mucho de mi personalidad se lo debo a eso, sobre todo a lo que conlleva a mi forma de ser en las relaciones es por mucho que veía en casa. Digo, no es por quererme vender pero esa onda de ser excesivamente entregado (a veces creo que en exceso) a mi pareja es por cómo veía en mi casa a mis padres desviviéndose el uno por el otro y que ellos a mi edad ya estaban por irse a vivir juntos como la pareja que terminarían siendo a veces me pega en el orgullo de que pues, yo no he hecho mucho a mis 23 años.

Pero una cosa son las historias como se cuentan y otras a como son, y cuando vas escuchando e indagando en la forma en que debieron de haber sido contadas y no como se prefieren contar es cuando vas viendo que esos cimientos sobre los que estas construido no son más que de material de mentiritas, como las casas gringas.

Se vive mucho mejor en la ignorancia, en eso estoy completamente de acuerdo.

Nos estamos leyendo
Eslem Torres

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