Hace mucho tiempo mi roommate tenia un novio con el cual pasaba todo el día todos los días porque además de que va a la misma facultad que nosotros y es foráneo, trabajaban juntos en uno de esos centros de telemarketing que es la cuna de todos los ninis que no quieren ser ninis, si, esos trabajos donde tienen que soportar a puertorriqueños y paisanos dando lata porque no entienden su bill ni por que le cobran tanto de telefonía celular.
En una de sus tantas fiestas mariguanas (porque es el tipo de gente que trabaja en esos lugares) se les pego una frase la cual repetían todos los días cuando los veía juntos en la casa, la idea era que uno gritara “¿Cómo se sienten?” y el otro contestaba “¡Como un auto de formula uno!” y luego otro agregado más que no recuerdo porque cuando empezaban con eso yo salía de la escena. Eran otros tiempos.
Hace unos días estaba fuera de mi calabozo y me encontraba en la planta de envasado, me toco el cambio de turno y por argüendero me fui a las platicas y ejercicios que hacen los operadores antes de ponerse a chambear. Por supuesto no podía dejar pasar la oportunidad de hacer jocosidades con ellos y me acerque.
Al final de los ejercicios grita el supervisor “¿Cómo se sienten?” y un flashback en mi retorno a hace dos años cuando esa frase se escuchaba mucho en la casa y por un reflejo mental sumado a la euforia de andar brincando con los operadores grite “como un auto de formula uno” mientras todos los demás decían “bien”. Todas las miradas se dirigieron a mí, al ingeniero argüendero que se puso a hacer ejercicio con los operadores y grita cosas random.
Bueno esto último me pasa seguido.
Lo único que podía hacer era tragarme la vergüenza y seguir con mi trabajo. Todo iba bien ahí hasta el día siguiente donde ya esperaba lo peor, seguramente el accidente ya había llegado a oídos de mi jefe y los demás ingenieros del departamento lo cual no supe pues no comentaron nada, además que tampoco estuve en el calabozo ese día, volví a estar en planta. A la hora del cambio de turno ya no me quise acercar pero tenía que hacerlo pues había que hablar con la supervisora de los operadores y cuando volvió a darse la frase “¿Cómo se sienten?” algunos operadores gritaron “¡como un auto de formula uno!” y me voltearon a ver. Todos reímos, reímos mucho.
Así fue como rompí el hielo con ellos, ya no me veían como “el inge nuevo con cara mamona que anda paseándose y haciendo notitas en su tabla sobre lo que hacemos” sino como “el chavo jocoso que grita
cosas random por la planta”.
¿Y saben algo? Si algún día llego a tener una empresa de lo que sea y tengo que dar un speech motivacional por la mañana va a tener que terminar con el “¿Cómo se sienten?” y ellos gritar eufóricamente “¡como un auto de formula uno!” o en su caso si es en ingles lo cambiamos por ¡I feel like a pancake!”
Nos estamos leyendo
Eslem Torres Eriksson
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