18 de agosto de 2011

El Aferrado Me Dicen

Como muchas personas odio Hotmail, principalmente por la cantidad de SPAM que llega y la poca seriedad de los correos (ningún mail que me llegue de un vaquero_sexy69@hotmail.com puede ser tomado enserio verdad), sin embargo tengo mi cuenta desde que empecé en esto del internet hace ya unos 10 años. En aquel entonces no me importaba mucho el correo en sí, sino el famoso Messenger para poder chatear con amiguitos y familiares lejanos, eran otros tiempos.

Mucho tiempo después ya le encontré la utilidad al correo electrónico, cuando quería registrarme a algún sitio o foro tenían que mandarme una activación por ese medio, después paso mucho tiempo para darle otro sentido más útil.

Claro, con el tiempo migre a Gmail para usarlo como mi correo personal (donde está prohibido el SPAM, el que lo envía queda baneado) para tratar asuntos más serios, como enviar propuestas de trabajo, desarrollo de proyectos y claro viborear gente, por lo que mi cuenta de correo en Hotmail no la checo frecuentemente, de hecho pasan unos dos o tres meses cada vez que veo mis correos en ese sitio.

Hoy precisamente estaba checándola y borrando correos basura, o sea todo lo nuevo que tenia sin revisar. Después de casi 1200 correos di con aquellos que nunca borre, los que se fueron quedando porque era un chiste muy bueno, fotos de mis fans en posiciones y ropa sugestiva o correos de amigos con algo que decirme (claro, hablo de la época Pre-Facebook y los INBOX). Lo curioso es que encontré unos que no tenía ni la más remota idea que seguían ahí, de gente que en su tiempo fue bastante importante para mí y que ahora, digamos, han ido desapareciendo de mi vida ordinaria.

Había mucho material ahí para mi biógrafo, pero mejor decidí borrar todo, absolutamente todo. El punto es que lo que alguna vez llegue a sentir por todas esas personas (amistad, cariño, amor) ya no existe, ya no está, las razones son distintas pero el fin fue el mismo. El detalle fue que me costó mucho trabajo eliminarlos, los leía, los volvía a leer, los meditaba, etcétera, etcétera. ¿Por qué me negaba a borrarlos? Creo porque una parte de mi extraña esa época, una cuando yo era una persona completamente diferente, añoro ese tiempo del Eslem inmaduro e irresponsable, el que no tenía que preocuparse mucho por el futuro porque, en teoría, tenía ya todo arreglado. Si hace 5 años me hubieran dicho como estaría ahora no les creería y pensaría que me están tomando el pelo.

Y eso fue todo, me di cuenta que aun me aferraba a ciertos recuerdos que aun me atormentan, la decisión que nunca tome, el paso que nunca di, la pregunta que nunca hice. Desafortunadamente es muy tarde para pensar en el hubiera, pero afortunadamente por no haber hecho todo eso es que ahora estoy donde estoy y creo que esa ha sido la mejor decisión que he tomado en mi corta vida.

Nos Estamos Leyendo
Eslem Torres Eriksson

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