6 de septiembre de 2013

Un litro de leche

Cuando estaba pasando por la pubertad tenía la mala costumbre de que siempre que llegaba de la escuela iba sobre el refrigerador y me tomaba el litro de leche que estuviera ahí (o lo que quedaba del que estuviera abierto). La verdad es que no ha cambiado mucho hoy en día, sigo con la costumbre de llegar sobre el refrigerador, no me juzguen.

Era una costumbre que mis papás me chingaban mucho que me quitara, primero porque como es posible que me chingara un litro de leche diario y segundo, pues, por salud.

Dijeran ustedes queridos lectores que me tomaba esa leche en un Choco Milk o en cereal o licuados o demás menjurjes que se pueden preparar con leche, pero no, era sola.

Después de muchos años así hubo un día en que llegue de la secundaria (estaría yo en primer año) iba sobre mi idea de la leche y cuando reaccioné de lo que iba a hacer dije pero ni se me antoja y lo regresé a su lugar. A partir de ahí se perdió la magia y ya no lo volví a hacer, fue una costumbre que de la nada se me quito todo el antojo de lo mismo, sin saber porqué. Claro, aun seguía preparando licuados, Choco Milk y de vez en cuando me tomo un vaso pequeño de leche cuando como algo dulce, pero es muy ocasional.

Esta historia la he recordado mucho últimamente porque, como sabran algunos, yo tenía el mal vicio de fumar. Si, yo siempre he sabido que es un muy mal vicio pero lo hacía y me valía madres, muchas veces intente dejar de fumar (jugaba con la idea que era tan bueno dejando de fumar que lo había hecho muchas veces) pero nunca con éxito, siempre traía el chingado antojo y terminaba cediendo.

Hace un par de semanas me paso lo mismo que con la leche. Un día compré una cajetilla, prendí el primer cigarro y cuando di la primera aspirada pense chinga, pero si ni se me antoja y lo tiré y guarde la cajetilla (que después terminaría siendo devorada por mi roommate). No quiero afirmar que ya deje de fumar, porque si me ofrecen un Djarum Black de clavo por supuesto que me lo voy a tronar, ocasionalmente, cuando es que alguien me regala unos o llegó a comprarlos en el gabacho, pero es como el vaso ocasional de leche, no es algo que en verdad esté buscando o que lo haga con frecuencia.

Es hasta chistoso, tantos años chingando con que quería dejarlo y un día de repente ¡zaz! adios cigarro.

Igual y fue porque me hice mucha a la idea de que hay un tiempo para todo y ese tiempo es la universidad, y como ya se me acabó el tiempo ahí pues si me he quitado mucho malos vicios.

La cerveza no es vicio, es un estilo de vida, ese no se va.

Nos estamos leyendo
Eslem Torres

3 comentarios:

  1. Estimado Eslem, me da mucho gusto saber que estás dejando ese pésimo hábito que es fumar. Espero que pronto lo dejes por completo, no importa lo famoso o caro que sea el cigarro que te lleguen a ofrecer. Tu salud vale mucho más.

    Un cordial abrazo.

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    1. te mentiría que lo hice pensando primero en salud, nada mas se me fueron las ganas aunque debo admitir que creo que inconscientemente lo hice por In Cervesio. Estoy arriesgando mi capital, mi carrera y mi tiempo en este biz como para que algo como el cigarro que te madrea los sentidos me lo venga a arruinar.

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    2. Eslem, cualquier motivo es correcto para dejar de fumar.

      Saludos.

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