6 de agosto de 2013

Azul, como el mar azul

Hace unos 9 años uno de mis sobrinos me apodaba Azul o al menos eso creíamos, porque en vez de decirme Eslem, Elem, Lem o cualquier variación sobre mi nombre, se empeñaba por decirme como se le daba la chingada gana, en este caso, Azul.

Era un gran misterio para todos en la casa ya que no entendíamos porque relacionaba a mí con ese color, llegábamos a pensar que tal vez el niño era un mutante y su súper poder era el ver las auras de las personas y me veía como una inspiración, que es lo que significa tener un aura de ese color. No es que sepa esas madres de las auras, lo acabo de Googlear.

En fin, el tiempo siguió pasando pero cada que venía a Monterrey a visitar a la familia el niño insistía en decirme Azul, tanto que ya perdió el interés de saber por qué, hasta que un día, una tarde random mientras veíamos una película el chamaco decía Azul, Azul¸Azul pero no me hablaba a mí, sino que señalaba a la película y al personaje en la pantalla, en ese momento me di cuenta que nunca me había dicho Azul, más bien me decía Sull, por Sulley, el monstruo azul de Monsters Inc.

Después le platique esta misma historia a una amiga en la preparatoria y desde entonces me dice Gatito! Como le decía Boo a Sulley, cosa que sólo a ella le permito, eso de que te anden diciendo Gato por ahí no está tan shilo, pero es la única morra que en verdad puedo decir que es mi amiga así que se lo ganó.

Esta historia la recordé porque el niño ahora me puso un nuevo apodo, o más bien hace una referencia a que soy como un personaje de película de niños. Ahora ya tiene 12 años, ya es más ermitaño, hace bien, yo no sé porque insiste nuestra familia a querer sacarnos de nuestras cuevas respectivas, pero lo hicieron y terminamos en unas cabañas en medio de la jungla, historia para otra ocasión, el punto es que ahora tengo nueva referencia cinematográfica, resulta que soy como Gru, el protagonista de Mi Villano Favorito y Mi Villano Favorito 2.

Cuando me decía Sulley pensábamos que el niño se veía a sí mismo como Boo por pequeño y me relacionaba a mí con el felposo azul por lo grandote (si, aun hace 9 años estaba llenito, no me juzguen). Ahora la relación es porque él y su mamá insisten en que me quiero hacer el malo pero no me sale y en lugar de eso soy demasiado bueno, un bombón, lo que viene a ser otra demostración que mi súper poder es ser demasiado buena persona.

La única manera en que me guste esta nueva referencia cinematográfica es si al menos termino con una pelirroja bien goofy girl y con un montón de gadgets curiosos. Eso sí estaría chévere.

Nos estamos leyendo
Eslem Torres

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