Nos pasa algo bien curioso, quieras o no siempre te intentas adaptar a una persona cuando esta te trae loquito, no es lo correcto tal vez pensaran algunos, pero nos pasa. Ya con el tiempo uno va sacando su yo de verdad, pero mientras tanto somos muy condescendientes, al menos con esas personas, si te vale un reverendo pepino, no te va a importar modificar tus actitudes con ella. Exactamente les pasa lo mismo a las mujeres pero hay una gran diferencia entre ambos géneros que va de la mano con este punto. Sigamos leyendo.
Todos tenemos gustos culposos y también alguna que otra vez se nos sale un comportamiento ridículo, aun estando con una persona que te gusta cañón, pero cuando eres hombre tienes que cuidar mucho esos detalles. Las mujeres también lo cometen, también pueden verse bien bobas haciendo algunas payasadas y piensas por un momento “damn, la estoy cagando con esta chava” pero eso no importa, porque, en la mente del hombre esta dominando un pensamiento muy importante, que bloquea esa actitud “ridícula” y es el que prácticamente rige nuestra forma de pensar “me la quiero comer, me la quiero comer, me la quiero comer” y niéguenmelo, a ver quién se atreve.
Síganme la idea, cuando un hombre hace algo ridículo o vergonzoso en la presencia de una mujer, la parte sexual de esta se apaga inmediatamente. Por ejemplo estas en un antro y ves a este chavo súper goooooaperrimo pero de repente vez que se para, y se pone a hacer el paso del robot y tu como mujer, tu naturaleza te hace presionar el freno de emergencia. Los hombres no somos así, somos capaces de despreciar esa información y concentrarnos en nuestra meta. Así que cuando una chava hace eso uno piensa “eso es ridículo, pero enfócate muchacho enfócate en las bubis”. Grrrrr.
Aprender cómo NO avergonzar a tu pareja o a tu cita no es algo que aprendes de la noche a la mañana, es una curva de aprendizaje que toma su tiempo dominar y aquí es donde los hombres somos bendecidos por la “buena voluntad” de las mujeres, ya que nos hacen saber, cuando nos estamos comportando de una manera inmadura y pendeja. Aunque ustedes podrían creer que yo soy bien awesome y nunca lo necesite, si tengo a varias personas que agradecerles por un mejor comportamiento social, pero no quiero hablar del tema, al menos aquí y menos ahora.
El problema es que los hombres no somos lo suficientemente amables como para regresar el favor, porque nada de lo que ellas hagan o digan va a detenernos de intentar ligar con ustedes. “¿Te gusta coleccionar peluches en forma de corazón? Que interesante cuéntame más, ¿Tu grupo favorito son los Jonas Brothers? Si, tienen buen ritmo ¿Solo has leído cuatro libros en tu vida y todos los ha escrito Stephenie Meyer? Espera un momento, mesero ¿me puede traer otro mezcal extra fuerte por favor?”
Ups, creo que estoy revelando de más. Seguramente más de una va a ir con su novio y le va a preguntar “amor ¿soy ñoña y aburrida cuando hablo todo el día de libros de vampiros que brillan con el sol?” y seguramente el te va a contestar “por supuesto que no, ese Eslem es un pendejo, no le hagas caso” mientras que en su mente está pensando “me la quiero comer, me la quiero comer, me la quiero comer”. Sorry pero sabemos que es verdad.
Nos estamos leyendo
Eslem Torres Eriksson