29 de septiembre de 2013

Eterna reunión de exalumnos

Mi uso del Facebook es en su mayoría profesional, lo uso más como debería usar LinkedIn con los contactos “profesionales”, la mayoría raza de la carrera y miembros del gremio cervecero con los que usualmente compartimos opiniones y jocosos comentarios, pero también tengo algunos ex compañeros de la preparatoria, secundaria, cursos y demás personas que voy conociendo pero mi actividad en esta bonita red social es mas de contacto con los miembros del gremio cervecero. Tampoco soy una persona que le guste andar sabiendo que están haciendo los demás, no es porque no sea chismoso o sea una persona discreta, para nada, pero me gusta mucho hablar de mí, más que lo que me gusta hablar de los demás así que no soy muy dado a stalkear gente más que lo que me aparece en el news feeds al cual, de hecho, voy quitando a gente que no me interesa lo que están haciendo, así que también ahí parece convención de cerveceros porque en su mayoría me aparecen cosas de amigos del gremio.

Hace un par de semanas fui a comer con una amiga, ex compañera de la preparatoria, que estaba en Monterrey por unos días y ya que tenía varios años sin verla pues le hice la invitación para que nos pusiéramos al día, o al menos eso creía yo. Todo bien suave, bla bla bla, pero había cosas que platicaba y me contestaba “si vi en Facebook” y bueno otra cosa e igual “si, lo vi en Facebook” y un gran etcétera, me entienden el punto, la idea es que Facebook se ha vuelto un puente de comunicación tan directo que ha matado por completo a las reuniones de ex alumnos, al menos con mi generación, porque pues todos se tienen en esa bonita red social y a un clic se ponen al día de que putas han hecho esas personas en los últimos años.

Si he tenido momentos que pienso salirme de esa bonita red social, pero entre los fans que sé esperan todos los días mis jocosos comentarios para alegrarse el día y que, pues, tengo que administrar el Page de In Cervesio Felicitas me obliga a tener que seguir en Facebook y es que en serio ¿no se les hace bien creepy? Yo desde hace tiempo he dejado de escribir mucho sobre mi vida, más que nada tomo lo que me sucede, lo moldeo para darle un tono irónico o jocoso y lo regreso para el uso, goce y disfrute de mis contactos, pero creo que mata mucho lo bonito que era encontrarte gente que hacía mucho que no veías y que en verdad te interesara preguntarle el ¿Qué ha sido de ti?

Peor cuando ya hay gente que ni te acordabas que tenías en tu lista de contactos y ya también saben (o intuyen) mucho de ti, me pasó hace unos meses que me manda un INBOX otra antigua compañera de la preparatoria que ni me acordaba de ella la verdad, primero muy songuita preguntando como estaba, que hacía y bla bla bla para azotarme con un sé que te gustan las buenas cervezas, comer en lugares fancys y lo bueno en general, así que vengo a ofrecerte un producto bla bla bla, o sea ¿WTF?

Gracias Facebook, has matado toda intención mía de asistir algún día a una reunión de ex alumnos ¿para qué putas? Al fin de cuentas nuestro día a día está a un clic de distancia.

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Eslem Torres

15 de septiembre de 2013

Nostalgia

El puto clima…

Se nos acabó el verano y los vestidos veraniegos, la razón por la cual me levantaba en las mañanas. Ahora llueve, llueve mucho y está fresco y el clima está sabroso para tomar café, empiernarse bajo las sábanas y dormir de cucharita (pff, como si necesitara excusa para ambas), mientras esperas que pase la tormenta.

Nos acostumbramos a esto, al menos yo me acostumbre mucho a esto y para mi el fin del verano significaba que abríamos la temporada del empiernamiento, de los elotes en vaso, de ver American Horror Story y los leggings, benditos leggings.

Una de las bondades de ser soltero es que puedes (y me atrevería que es obligación moral de nosotros) brincar de flor en flor sin remordimientos, sin embargo algo que discutía con mi roommate que recientemente entró a la soltería (me quiso copiar) es que pues a veces extrañas esa convivencia con alguien de forma ya más intima (y el snu snu, no olvidemos el snu snu) ya que, a menos que sea bien facilona, no vas a lograr que la morra caiga a tu casa a empiernarse bajo tus sábanas, o en la de ella ¿por qué no? Soy de esos que prefieren crashear en el depa de la morra que ir a mi casa, lo sé, soy un romántico

Pero en serio, el clima, el puto clima…

Esta es la temporada de la nostalgia, o díganme ¿que no es el cliché de ver llover por la ventana enfundado en una colcha y tomándote un café? ¿Y esa escena que representa? Memorias, recuerdos y la nostalgia, la PUTA nostalgia.

Muchas historias involucran lluvia, las mías no son la excepción, la última vez que me tocó una amenaza de lluvia (y que se cumplió) como la de este fin de semana escribí este post, también escuchaba frecuente y regularmente este disco cuando iba y venía al hospital y eran días de intensa lluvia en mi pueblito. Me da nostalgia respirar profundamente y que ese aire frío con aroma a humedad entre a los pulmones y el pinche sistema nervioso haga de las suyas y te regrese recuerdos, recuerdos frescos. La mente te juega bromas pesadas.

6 de septiembre de 2013

Un litro de leche

Cuando estaba pasando por la pubertad tenía la mala costumbre de que siempre que llegaba de la escuela iba sobre el refrigerador y me tomaba el litro de leche que estuviera ahí (o lo que quedaba del que estuviera abierto). La verdad es que no ha cambiado mucho hoy en día, sigo con la costumbre de llegar sobre el refrigerador, no me juzguen.

Era una costumbre que mis papás me chingaban mucho que me quitara, primero porque como es posible que me chingara un litro de leche diario y segundo, pues, por salud.

Dijeran ustedes queridos lectores que me tomaba esa leche en un Choco Milk o en cereal o licuados o demás menjurjes que se pueden preparar con leche, pero no, era sola.

Después de muchos años así hubo un día en que llegue de la secundaria (estaría yo en primer año) iba sobre mi idea de la leche y cuando reaccioné de lo que iba a hacer dije pero ni se me antoja y lo regresé a su lugar. A partir de ahí se perdió la magia y ya no lo volví a hacer, fue una costumbre que de la nada se me quito todo el antojo de lo mismo, sin saber porqué. Claro, aun seguía preparando licuados, Choco Milk y de vez en cuando me tomo un vaso pequeño de leche cuando como algo dulce, pero es muy ocasional.

Esta historia la he recordado mucho últimamente porque, como sabran algunos, yo tenía el mal vicio de fumar. Si, yo siempre he sabido que es un muy mal vicio pero lo hacía y me valía madres, muchas veces intente dejar de fumar (jugaba con la idea que era tan bueno dejando de fumar que lo había hecho muchas veces) pero nunca con éxito, siempre traía el chingado antojo y terminaba cediendo.

Hace un par de semanas me paso lo mismo que con la leche. Un día compré una cajetilla, prendí el primer cigarro y cuando di la primera aspirada pense chinga, pero si ni se me antoja y lo tiré y guarde la cajetilla (que después terminaría siendo devorada por mi roommate). No quiero afirmar que ya deje de fumar, porque si me ofrecen un Djarum Black de clavo por supuesto que me lo voy a tronar, ocasionalmente, cuando es que alguien me regala unos o llegó a comprarlos en el gabacho, pero es como el vaso ocasional de leche, no es algo que en verdad esté buscando o que lo haga con frecuencia.

Es hasta chistoso, tantos años chingando con que quería dejarlo y un día de repente ¡zaz! adios cigarro.

Igual y fue porque me hice mucha a la idea de que hay un tiempo para todo y ese tiempo es la universidad, y como ya se me acabó el tiempo ahí pues si me he quitado mucho malos vicios.

La cerveza no es vicio, es un estilo de vida, ese no se va.

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Eslem Torres

2 de septiembre de 2013

El "Wheaton" de mi sobrino

Durante mis vacaciones tuve la oportunidad de ir a un evento de una de mis cervecerías favoritas llamado Hop-Con que es un juego de palabras entre hop (lúpulo en inglés, un ingrediente de la cerveza) y Con (haciendo referencia a la Comic Con que empezaba al siguiente día en San Diego). Este evento fue el lanzamiento de una cerveza colaborativa donde uno de los creadores era el mismo Wil Wheaton, famoso en los interwebs pero más ahora como el némesis de Sheldon en The Big Bang Theory.

Este individuo se subió al estrado en un momento del evento y empezó a hacer un stand up muy divertido hablando sobre la cultura geek y como debemos, los que tenemos una pasión por cualquier cosa, fomentarlo con las siguientes generaciones. En su caso habló de que su hermana acababa de tener un bebé y le pidió ser su padrino, pero además le pedía que conforme fuera creciendo lo fuera educando en esta cultura ya que ni ella ni su esposo son parte. Wheaton le dio vuelo a la hilacha y le compró todo los iconos geeks del momento en distintas formas para ir educandolo a meses de nacido, porque todos sabemos obviamente que un bebé de meses necesita tener en la cabecera de su cuna una réplica de Longclaw la espada de Jon Snow.

Mi sobrino, el mismo ingrato que me puso el apodo de Azul, cumplio años hace unas semanas y como yo no sé que está de moda entre la chaviza hoy en día le regalé lo mejor que se me ocurrió que le podía regalar a un niño de 12 años, comics. Le solté una pequeña dotación que me habían regalado durante la Comic Con de San Diego. Al parecer le gustaron porque me decía su mamá que ahora el werco le pide que le compre comics pero según ella no hay de eso aquí y pues nada… ahí es donde entro yo.

La diferencia es que mi prima no me pidió que fuera su guía espiritual, más bien es algo que yo quiero hacer ¿si no quien? Tanto es así que estoy pensando en dos que tres formas de comprarle un par de libros y novelas gráficas que, primero, entren en la categoría de para su edad y, segundo, se las gane de alguna manera, no lo voy a chiflar no’mas por chiflar, no, no ,no, mínimo que le lave el coche a su mamá o algo.

Siento ahora que es mi responsabilidad abrirle las puertas al geekismo racional, a pesar que yo no soy tan metido a esa cultura como lo podría ser Wil Wheaton. Me gustan los comics (y mi guía espiritual que es además mi socio en ICF me sigue recomendando y prestando algunos porque yo no sé por donde seguir), me gustan las series animadas (Cartoon Hangover en YouTube es de esos gustos NO culposos, no se diga La Leyenda de Aang y ahora potenciado con La Leyenda de Korra), me gustan los juegos de video y de mesa, pero creo que el geekismo es más que eso, es ser apasionado, clavarte en un tema o gusto y que no te importe un carajo lo que la sociedad piense o juzgue por ello. Mi geekismo más evidente por supuesto es el fanatismo a la cerveza.

Por lo pronto lo quiero llevar a conocer las tiendas de comics locales, que sepan donde queda y que cuando por fin se pueda mover solo en la ciudad sepa a donde ir, que autores buscar, qué temas le gustarán y se sienta agusto en una comunidad que protege a los que están dentro de ella.

Eso y que ando comprando unos libros en Amazon para mi y ya ando buscando que regalarle a él. Si nadie en está casa me fomentó mi ñoñismo (de hecho me lo juzgaban, me hacían menos, se burlaban cuando les decía que yo quería estudiar para hacer videojuegos, tanto que terminé olvidándome de ese sueño por muchos años como, seguramente, muchos otros más) al menos YO voy a hacer que ese niño no le frustren sus gustos no’mas porque son diferentes.

No todos los niños les gusta estar pateando un balón para entretener a otros sentados en unas gradas ni tampoco estar montados en una bicicleta sobreviviendo a la jungla de asfalto de su colonia, algunos otros pueden disfrutar mucho una tarde leyendo un libro, un cómic, jugando Starcraft o programando sus propios aparatejos con Arduino.

Yo voy a ser ese guía espiritual, el Wheaton de mi sobrino le guste o no. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio.

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Eslem Torres