Mi Dilema Como Ingeniero

Ingeniería no es una carrera sencilla, se supone que es para personas con un pensamiento crítico envidiable, con habilidad numérica increíble y una lógica muy desarrollada. Siempre he defendido esto y lo he profetizado, pero hay momentos en que volteo a ver a mi facultad, a mis compañeros y maestros y me digo a mi mismo “Eslem ¿a quién quieres engañar? Mira a tu alrededor y dime que no has estado varias veces rodeado de imbéciles” y esta duda entra en cualquier carrera, no solo la mía.

Siempre he defendido mi carrera y siempre me ha gustado hacer notar que no es una carrera para cualquiera, no es fácil ni sencilla, ocupa mucho tiempo y dedicación y sobre todo ser crítico y sincero contigo mismo. Deja tu lo de las matemáticas (que nunca he entendido por asocian a estas con estudiar ingenieria), la verdad esas son solo un filtro, porque pregúntale a cualquier ingeniero y te va a decir que el no hace ningún cálculo a mano para saber que tanta galleta le tiene que meter a la máquina de producción. Es mas ni los contadores han de hacer sus hojas a mano.

Ahorita no vengo a hablar de la porquería que es el sistema administrativo de la FIME (que seguramente es igual en las demás universidades, vaya es un secreto a voces como la UNAM se maneja) ya que de eso quiero hablar después, de cómo hay estudiantes que su único merito es ser miembros de la Sociedad de Alumnos y aun así ganan reconocimiento al merito. Pero esa historia será más adelante.

Hoy de lo que quiero hablar es sobre un dilema que tengo como estudiante de ingeniería y que posiblemente no sea el único que le ha pasado, de lo que si estoy seguro es que pocos lo han pensado.

Hace unos días un supersayayin de maestría en ingeniería que nosotros los mortales nos referimos a él como KD comentaba en su Facebook que no encontraba un simple zapatero que le hiciera un trabajo muy simple como lo era reparar un guante. De entrada, los que estamos en ciudades grandes ¿Cuántos zapateros has visto o conoces? Porque yo solo he visto uno en Monterrey y en mi pueblo hay un chingo. Ahora pregúntate lo mismo con costureras, sastres o peluqueros (que ojo, no es lo mismo a estilista).

Yo le comentaba que si, desgraciadamente oficios como esos van desapareciendo porque la gente ya no repara sus cosas. Con la explosión de los textiles de manufactura barata la gente dice “bueno, me compro una playera de $100 y me va a durar 6 meses, para ese entonces compro otra” y lo ven tan sencillo como eso, igual y antes se le hace un pequeño agujero o una cosita nada que cualquiera con una maquina de cocer arreglaría, pero la facilidad con la que dices “son 100$ pesos” te mentaliza y ahora cambia la jugada gracias a la mercadotecnia “¿repararla? Ni que fuera pobre, ¡mejor me compro una nueva!” Lo mismo con los zapatos, cinturones, bolsas y le paro porque no termino.

Cuando era niño era muy común ir con el zapatero porque pues, al tener 8-10 años lo que menos haces es cuidar tus cosas, siempre se me rompían los tenis, los zapatos, le hacia una rasgada, vaya cosas del uso extremo que le damos. Y siempre me los reparaban y quedaban hasta mejor, tan es así que ese zapatero de toda la vida ya me conocía (igual que la costurera con la que siempre iba mi mamá y así como el peluquero con el que fui toda mi vida).

una muy buena caricatura al respecto

Cierto, tal vez es más práctico (y tiene mas feeling) ir y comprarte algo nuevo y ponerte de chiflado porque estas estrenando. Pero también ya depende de lo que hablamos, por ejemplo tengo un blazer que necesita una arregladita (la cual he estado posponiendo porque, pues, no hace frio) y esa si me es mucho más practico y económico ir a que me lo reparen a comprarme uno nuevo. Yo si estoy jodido y no tengo porque estarlo ocultando.

Clasico de los Chinos

Mi punto al que llegaba con el supersayayin es que nosotros entramos en un dilema (ya que los dos estábamos a favor de estos oficios tan antiguos, respetados y muy útiles que están en extinción) ya que ¿Qué no es nuestro trabajo como ingenieros hacer una industria más barata, rápida y eficiente? ¿Lograr que una máquina haga el trabajo de 5-10 personas? ¿Importar las materias primas o el producto que queramos vender solo porque es más barato que el nacional? Y no me hagan hablar sobre el “finísimo” arte del regateo, que de ese tengo mucho tiempo queriendo discutirlo. Estas cuestiones vinieron a mí desde hace un buen tiempo ya que un profesor que tuve (el Ing. Cesar Leal Chapa, que puede ser bien tira carro, grosero y a veces hasta arrogante, pero es de los mejores profesores que he tenido en la carrera) nos ponía esa cuestión.

Aquí es donde entras en conflicto con tus principios. Si eres una persona fría te vale madres y dices “es mi trabajo y para eso me pagan” pero ¿si fuera tu trabajo el que elimina la maquina? Ahora, algunos si nos preguntábamos ¿hasta dónde está bien y hasta donde está mal suplantar al hombre? ¿Lo hace más eficiente? ¿Hace de mayor calidad el producto? ¿Ahora qué harán las personas que se dedicaban a ese trabajo? Y síguele con las que quieras. A partir de aquí es donde han empezado a surgir productos artesanales que intenta conservar las tradiciones, volviéndose así bienes más caros y que se ha querido meter como productos premium por su hechura a mano.

Y esto era lo que me atacaba, sobre todo porque a mí siempre me han gustado más las cosas “a la antigüita”. Y al tomar este tema de cómo los oficios van desapareciendo fue que me toco otra vez fibra y me hice esas preguntas. Tu futuro ingeniero, licenciado, medico, nini, o profesión que escojas ¿Qué tanto sientes que estaría permitido sustituir al hombre? No es una pregunta sencilla.

Nos estamos leyendo.

Eslem Torres Eriksson