Más Cerveza Con Big Cojones: Lowrider y La Migra Winter

Las que me eché con Rafa, ya ni le pregunte cual fue la que mas le gusto. Para mi la Sierra Nevada Pale Ale

El Jueves de la semana pasada tuve el gusto de echarme unas buenas cervezas con Rafa Ibarra, donde dentro de la excelente  charla que nos aventamos (que prácticamente trato sobre vino y cerveza) se ofreció para regalarme una Cucapá La Migra Winter, la cual por una jugarreta del destino no pude probar cuando salió, así que ni corto ni perezoso al día siguiente ya estaba yo recibiendo la botella. Ese mismo día mi roommate llego a la ciudad así que teniendo el clima fresco, la Imperial Stout ya fría, unos Gold Rush de vainilla recién comprados y además la nueva cerveza de temporada de Cucapá, la Lowrider también en el refrigerador esperando a ser abierta pues repetí otra noche con buenas cervezas.

También abrimos una Weihenstephaner Vitus, pues el día anterior traía mis dudas sobre el estilo de la Calavera Sanctum que bebí con Rafa, las cuales ya se despejaron (tenía yo el error de pensar que las Weizenbock son necesariamente obscuras). Pero esta ocasión quiero hablar específicamente de las dos mexican warrior con cojones que nos aventamos el viernes. Así que aquí la reseña.

Nombre: Cucapá Lowrider

Cervecería: Cervecería de Baja California

Estilo: Roggenbier

Alcohol por Volumen (ABV): 7.2%

Cantidad: 660ml

Procedencia: Baja California, México

Vaso Utilizado: “Nonick” Imperial Pint

Precio: $150 en The BeerBox San Pedro

Este estilo nunca lo había probado y no es para menos, fue uno de los estilos alemanes que permanecieron “desaparecidos” durante el tiempo que reinó la Reinheitsgebot ya que usa malta de centeno (Roggen=Rye=Centeno) en su preparación y últimamente han salido a relucir mucho, al menos en Estados Unidos las IPA con centeno se han popularizado bastante.

Ahora, que me esperaba de esta cerveza, pues principalmente amargura pues había leído que tiene altos IBU y también esperaba que fuera una cerveza que iba a disfrutar mucho, primero por la amargura (recordemos que soy hophead) y segundo porque las cervezas de temporada de Cucapá hasta el momento me han encantado, siendo la Runaway IPA mi favorita hasta el momento.

Esta cerveza la compre desde el primer día que llego al TBB que fue antes de semana santa, pero como se me hacia demasiada cerveza para mí solo no la había abierto, además, una cerveza de ese tamaño, esa amargura y ese ABV merece ser compartida.

En vista era color ámbar, tenía un cuerpo algo turbio y la corona era mediana y de retención media, después de unos tragos dejaba un lazo grande y amplio. El aroma estaba muy bien balanceado, el primer snif era sin duda a flor, a hierba y toques cítricos pero buscabas mas olores y sentías dulce aroma amielado de la malta, pero tenía algo mas, como otro tipo de grano pero con un olor más duro, lo que me imagine seria el centeno.

El sabor era principalmente amargo, sentías una gran bomba lupulada entrando en la boca. No tanto como para pensar en una Double IPA pero si lo suficiente para no ser una buena cerveza de diario, lo cual se agradece ya que al hacerla de temporada me gusta pensar en que va a ser una cerveza con carácter. Eso sí, no te dejaba atiborrado el sabor en la boca, tenia buena duración pero no te lo dejaba impregnado. El cuerpo es medio-alto, se siente espesa, sin duda el tener ese agregado a centeno le da tan buen cuerpo

Sin duda otra gran cerveza que nos ofrece Cucapá que sin duda debes probar, ahora el precio fue lo que me hace tambalear un poco, pero seguramente volveré a comprar otra botella, esta vez para guarda, desconozco que tanto tenga disposición esta cerveza en particular para resistir el tiempo pero vamos a explorarlo. Puedo decir que es de las mejores que probé en estas vacaciones.

Nombre: Cucapá La Migra Winter

Cervecería: Cervecería de Baja California

Estilo: Imperial Stout

Alcohol por Volumen (ABV): 8.2%

Cantidad: 660ml

Procedencia: Baja California, México

Vaso Utilizado: Tulipa Grande

Precio: Cortesía de Rafa Ibarra

Esta en lo particular se me antojaba bastante por el hecho de que La Migra regular fue bastante grata, pero por una u otra razón ya no pude probarla ni hacerme de una botella, hasta que se lo comente a Rafa mientras nos echábamos las cervezas el jueves y me ofreció una botella que el tenia, así que se la acepte, al día siguiente fui por ella y la abrimos mi roommate y yo para seguirle a la Lowrider.

En esta cerveza esperaba un gran cuerpo, aromas achocolatados y café, un sabor fuerte, penetrante y que la amargura se pronunciará más que lo dulce. Al ser por igual cerveza de temporada de Cucapá pensaba en que no me iba a decepcionar.

En vista es absolutamente obscura, con algunos tonos rubís, con una corona que solo se libera al servirse y que desaparece rápidamente dejando un lazo ligero en la copa. Tenía buena apariencia al menos, en el aroma sentías café y nada más que café. Fuerte, intenso y con mucha presencia eso sí, pero solo a café.

En el primer sorbo se siente igual el café y chocolate amargo, una amargura muy ligera y lo que me decepciono fue el cuerpo, a mí parecer muy ligera para una cerveza de esas dimensiones. Me la tome con mucha calma, tanto su ABV como su sabor te invitaban a que la bebieras con tranquilidad y degustaras adecuadamente así que deje que abrieran un poco más los aromas con la esperanza de encontrar algo diferente. Y pues no, siempre fue café.

Estuvo buena, no voy a negarlo, pero sobresaliente no fue. Sin duda es la Cucapá de temporada que me deja más indiferente. La siento más para una cerveza de cierre que para acompañar una comida, tal vez un postre sí. ¿La volvería a tomar? Por supuesto, pero sería con la intensión de ver si la de la próxima temporada tiene mejor cuerpo y menos atiborrado a café. Al menos la edición 2010-2011 no, aparte no creo volverla a conseguir. También quiero ser un poco justo y tal vez si la hubiera tomado recién que salió me hubiera gustado más, tal vez la amargura se desvaneció con el tiempo y pues, aunque ese viernes estuvo fresco, el clima igual te invitaba a algo más refrescante.

Sin duda fue una noche de extremos, una grandiosa cerveza que me dejo fascinado y una que no llega a sobresalir en el ámbito de Imperial Stout. Pero bueno, ya era hora de encontrarme también con una Cucapá que no me encantara del todo, sino ya empezaría a verse sospechoso. Y por cierto, ya tengo la Lowrider en mi lista de “por comprar” para la próxima excursión al TBB San Pedro. Y de una vez les prometo que la próxima evaluación va a ser la ya anunciada en una entrada anterior Face Off de las Double IPA.

Nos estamos leyendo.

Eslem Torres Eriksson